Ellas pedían la reducción de la jornada de trabajo, que era de 16 horas, a 10 horas diarias. Además, el salario que percibían era de apenas un tercio del que percibían los hombres. Tristemente, aquella rebelión fue contenida de forma violenta, culminando con la muerte de 129 trabajadoras, que acabaron carbonizadas dentro de la fábrica.
Más de un siglo después, en 1975, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidió decretar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las trabajadoras muertas en la fábrica textil.
Afortunadamente, la sociedad ha ido avanzando, aunque lentamente, hacia el reconocimiento de la mujer en el ámbito laboral y en la sociedad en general. La mujer actual se hace respetar, valorar y ocupa ya espacios en la sociedad antes impensables. Sin embargo, todavía se dan situaciones de discriminación, de machismo, y por si eso fuera poco, la mujer es aún víctima de agresiones sexuales y de violencia de género.
Nuestro ánimo es continuar el camino que está empezado, y luchar día a día por la Igualdad de Derechos y Oportunidades entre Hombres y Mujeres.
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